jueves, 10 de noviembre de 2016

El último tirano

Watson Redfield miró al suelo enmoquetado.
—Pero no has contestado a mi pregunta, Watson —insistió Ulises—. ¿Crees que soy un tirano?
El silencio flotó entre los dos hombres. Tyrell sonrió.
—La respuesta es por supuesto que sí —dijo Ulises—. Claro que soy un tirano. Nada en la T&T se mueve sin mi conocimiento ni mi consentimiento. La diferencia, mi querido Watson, radica en que soy consciente de ser uno de los últimos tiranos de la historia. Quizás incluso sea el único consciente de ello.
Redfield levantó la mirada con aire de cansancio.
—¿El último tirano? —dijo. 


—Reflexiona sobre ello, Watson. Los tiranos han jugado un papel esencial en la historia de la humanidad. Sin los tiranos, aún estaríamos viviendo en cavernas. El desarrollo de las civilizaciones, las grandes construcciones, la colonización del mundo, la era de los descubrimientos. Todos esos logros no son posibles para un individuo o para un grupo reducido de personas. La pequeña tribu neolítica no podía llevarlos a cabo. Para ello es necesaria la concentración de enormes recursos y un gran número de personas. Y por supuesto, un líder que controle todos esos recursos e individuos. Un líder al que sus súbditos sigan y obedezcan, incluso dejándose la vida en tal obediencia. Es decir, un tirano. Sin esos tiranos, no habríamos llegado a donde estamos.
—¡Ya! Interesante idea. Pero… ¿por qué uno de los últimos?
—Porque los tiranos ya no son necesarios. O casi.
—¿De verdad?
—¡Claro! La concentración de poder y, como consecuencia, de recursos materiales y humanos, ha sido necesaria para que la humanidad llevase a cabo sus mayores empresas. Ha habido tiranos desde que comenzó la Historia. Faraones, césares, reyes, papas, nobleza, clero... Desde finales del XIX, la tiranía se ha personificado en el Gran Estado y la Gran Empresa. Los comités directivos de las multinacionales actuales son la última versión de la tiranía en el mundo. Como es el caso de la Tyrell-Tagaca Corporation. ¿Y quién dirige la T&T?
—Tú. Por supuesto.
—Así es. Sin todo el poder y el dinero que he conseguido acumular no podría hacer lo que hago, mi querido Watson. No lo olvides nunca.
Redfield asintió sin decir nada. 


—Pero la tiranía tiene sus efectos secundarios. Oprime y coarta la libertad. Impide que aquellos que están bajo la bota del tirano, que son la mayoría, alcancen la plenitud como seres humanos. Una paradoja, ¿no te parece, mi querido Watson? La humanidad sufre por aquello sin lo cual nunca hubiese alcanzado todo lo que ha conseguido. Por fortuna, la tecnología está a punto de liberar a la humanidad del yugo de la necesaria tiranía. Piensa en lo que hacemos aquí, en Ciudad Cúpula, Watson. Casi a diario conseguimos nuevos avances en prácticamente todas las ramas del saber. Esta ciudad es el más preclaro ejemplo de la tecnología más avanzada del momento. Incluso estamos embarcados en el proyecto más ambicioso de todos los tiempos: la mejora genética de la raza humana. ¿No te parece, Watson?
—No hay duda alguna.
—¡Claro que no la hay! Somos la avanzadilla de nuestra especie. Estamos tendiendo cabezas de puente que nos permitirán adentrarnos en terrenos hasta ahora desconocidos. Cada día revelamos un trocito más de lo inexplorado. No está lejano el día en que la construcción del canal de Panamá sea cosa de un solo hombre. Cuando llegue ese día, que ya se vislumbra en el horizonte, ya no será necesaria la ingente concentración de poder y recursos. Entonces los tiranos ya no serán necesarios.
—Comprendo.
—¿Lo comprendes, Watson? ¿Te sorprende? Imagino que te preguntas, si las cosas son así, ¿por qué hago lo que hago? ¿Estoy acaso trabajando por la destrucción de mi propia clase?


Redfield volvió a agachar la mirada.
—No sé. Dímelo tú.
—La respuesta es sí, mi querido Watson. Por supuesto que sí. Gracias a mí, la humanidad se liberará de su yugo un poco antes. Eso es lo que hace de mí un tirano único en la historia.
Ulises rio de nuevo. Esta vez, la risa hizo que el vello se erizase en la nuca de Redfield.


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Extracto de Ragnarök, la novena transición, la nueva novela de Juan Nadie.
Estará disponible el próximo 17 de noviembre. 

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